La Guardia Nacional venezolana ingresó a un caserío ubicado a tres kilómetros de la frontera. Acusaron a todos los moradores de contrabandistas de gasolina, los maltrataron y golpearon.
Esto ocurrió el 25 de marzo de 2005, pero podría dejarlo sin fecha porque la violación de nuestra soberanía ha sido constante y humillante. O si no, que lo digan los habitantes de Tibú, en Norte de Santander, quienes han tenido que padecer los abusos de los uniformados venezolanos.La historia no es nueva. Los militares del vecino país creen que pueden traspasar la frontera como si fueran a visitar (¿violar?) a cualquier persona.
Incluso, es ingrato el recuerdo de la llamada “Persecución en caliente”. La teoría, expuesta por el gobierno venezolano presidido por Rafael Caldera en 1998, se refería a la persecución inmediata de guerrilleros colombianos. La orden era no perder contacto con ellos aunque fuera necesario traspasar las fronteras e ingresar a territorio colombiano.También recordamos el sobrevuelo de aviones F–16 sobre la ciudad de Arauca o el asesinato de campesinos en diferentes puntos de nuestra frontera. Ni qué decir de la ARC Caldas, cuando fue rodeada por “inocentes” patrulleras de la marina venezolana.
Todos estos hechos reflejan las verdaderas intenciones del gobierno de Chávez, no como política gubernamental sino como convicción estatal. Venezuela es un Estado violador de la soberanía colombiana. Sus políticas, su carrera armamentista y el discurso de sus gobernantes incendian periódicamente la frontera y nos ponen en pie de guerra.Las “inocentes” patrulleras de Chávez son un motivo más de preocupación, máxime si tenemos en cuenta que a Colombia no le vende armamento el mismo país que se lo suministra a Venezuela. Tampoco se entiende la compra de 100 mil fusiles AK – 47 para un ejército de 60 mil hombres, porque entonces 40 mil quedarán guardados quién sabe en dónde y, disponibles para que alguien se los robe con el mismo método utilizado por el M 19 en el Cantón Norte.
También resulta curioso que sobre un número similar de fusiles al que necesitan las Farc para continuar con sus acciones terroristas. Y no deja de llamar la atención que Venezuela compre el mismo fusil y el mismo tipo de munición que usan las Farc. La excusa venezolana de que la molestia de EEUU es porque no se los compraron a ellos, no es válida. Colombia, por ejemplo, dotó a sus Fuerzas Armadas con fusiles Galil, de fabricación israeli. Estos fusiles son ideales para las condiciones climáticas tropicales y su funcionamiento garantiza que el soldado no quede atrapado en un combate con su fusil atascado. Será que las clases de geografía que me impartieron en el colegio estaban equivocadas y Venezuela no es un país tropical.Menos mal que los aviones son de transporte. Según Chávez, van a servir como aerolínea para los más pobres. Para eso se compran aviones diferentes a los de transporte de tropa, (los que vende Brasil son excelentes para ese propósito) y seguramente más baratos.
Lo que Chávez está haciendo es comenzar una operación militar contra Colombia que inicia con la custodia y la adquisición de medios de transporte de tropa para acudir de manera ágil y eficaz a un sitio de confrontación. Las tropas venezolanas estarán dotadas con armamento nuevo y podrán recibir el respaldo de las unidades que están dentro de Colombia y que tienen el mismo armamento y utilizan la misma munición (las Farc). Frente a Uribe en Puerto Ordaz, el presidente venezolano habló de las ventajas de los aviones militares españoles, destacando que pueden aterrizar en pistas de tierra, es decir, en las pistas de los narcoterroristas que están ubicadas a ambos lados de la frontera.
Mientras tanto, Colombia se esfuerza por controlar el orden público interno, dejando abandonadas las fronteras, no por gusto, sino por física incapacidad presupuestal y logística para protegerlas. Pero nos hemos acostumbrado tanto a la violación, que ya ni nos molesta que la Guardia Nacional entre, golpee, insulte y asesine a nuestros conciudadanos. El cuento de las patrulleras que solo vigilarán y los aviones militares que solo transportarán campesinos es solo eso... un cuento para los que todavía creen en las buenas intenciones de Chávez y del Estado venezolano.