A golpe de pupitre. Así fue aprobado por la Cámara de Representantes el proyecto de Justicia y paz que brinda un marco legal para las negociaciones y la desmovilización de las autodefensas.Usualmente, ver un debate en la Cámara recuerda esos grupos de estudiantes desordenados y anárquicos, que hablan todos al mismo tiempo y que parecen dueños de un hormiguero instalado en su curul, pues casi nunca están sentados y el caos es la nota predominante en el resinto legislativo.Sin embargo, lo ocurrido en la aprobación de la ley fue bochornoso. Gina Parody mostró todo su malestar contra el comisionado de paz Luis Carlos Restrepo. Después de un intercambio de palabras, los representantes comenzaron a golpear sus pupitres y a gritar para impedir que la señora Parody hablara. Quien motivó ese acto de irrespeto y fomentó la acción antidemocrática fue el mismísimo Comisionado, con descalificaciones que obviamente encendieron esa masa de “prohombres” que conforman la Cámara de Representantes.Finalmente Gina se retiró del recinto y en esta ocasión contó con el apoyo del oficialismo liberal y del Polo Democrático. Lo grave es que el presidente Uribe habló con la representante Parody la semana pasada y le informó (¿ordenó?) a Restrepo que era fundamental la presencia y participación de la representante uribista en el proceso de estudio y aprobación de esta ley.Lo ocurrido demuestra varias cosas: que no existe una bancada uribista sino un grupo de políticos que se han cobijado a la sombra de la figura del Presidente, cuando vieron que esa sombra alcanzaba para mantener sus cargos. Pero la representante Parody ha sido uribista desde siempre y acompañó al Presidente desde aquellos tiempos en los que solo tenía el 2% de popularidad entre los colombianos.Otro aspecto que sale a relucir es que por más esfuerzos que hagan el Presidente y sus asesores por conformar una bancada, si el gobierno en pleno no está sintonizado con estos congresistas y si las diferencias son ventiladas frente a la oposición para brindarle mayores argumentos, será muy difícil el trasegar legislativo del gobierno.Sin embargo, lo que resulta evidente es que Luis Carlos Restrepo se convirtió en una rueda suelta en el gobierno, pues desacata las órdenes del Presidente, pelea con los ministros, desautoriza a quien le provoca y se mantiene en pie de lucha frente a los congresistas que apoyan al gobierno.De igual forma, las actitudes del Comisionado demuestran que la decisión del Presidente de mantenerlo en el cargo después de la pataleta que protagonizó hace algunos meses, fue equivocada e inconveniente, porque Restrepo puso condiciones para quedarse en el cargo, como si fuera un favor y no una responsabilidad con acatamiento de las directrices que da su jefe, el Presidente: Restrepo se “dejó convencer” de permanecer en el cargo imponiendo dos condiciones: decir lo que quisiera y poder exponer sus diferencias en público.Un funcionario que debilita el trabajo de cohesión en el Congreso es tan peligroso como un ex.-guerrillero mediático y calumniador. Luis Carlos Restrepo ha demostrado que no puede permanecer en el cargo y enciende toda suerte de conflictos.El Presidente debe rectificar de inmediato esa solicitud de permanencia y buscar nuevos horizontes en un tema tan sensible para los colombianos: la paz.
viernes, junio 24, 2005
jueves, junio 23, 2005
Stratfor: una empresa que tiene aterrado a Hugo Chávez
La paranoia del presidente venezolano Hugo Chávez, la angustia que ha demostrado por la inminencia de un atentado en su contra y el afán de adquirir armamento para sus Fuerzas Armadas no son gratuitas.Detrás de esa paranoia está la firma estadounidense Stratfor, empresa con vínculos muy cercanos a la CIA, dedicada al análisis de información estratégica y al desarrollo de inteligencia militar y política. Además, Stratfor es considerada la compañía más grande del mundo en el área de inteligencia.En un informe, publicado en la página web A Punto de Venezuela, se dice que “el Comandante del Ejército venezolano, General Raúl Baduel, sospecha que el gobierno de Bush podría actuar a través de Colombia para causar un incidente fronterizo, en el cual las fuerzas militares colombianas, mejor armadas y equipadas, derrotarían a las venezolanas”. De igual forma, “Baduel piensa que esto podría ocurrir dentro de los próximos tres o cuatro meses, antes de que sean entregados a Venezuela al menos diez nuevos helicópteros y algunos de los 100.000 rifles de asalto que Chávez adquirió a Rusia por más de 400 millones de dólares”.En otro documento producido por la compañía de inteligencia, se dice que “Stratfor cree que el gobierno de Venezuela está reconsiderando sus planes de comprar los 50 aviones caza y en su lugar adquirir misiles a Corea del Norte para crear un "disuasivo estratégico" contra cualquier agresión externa, por parte de Colombia y de los EEUU. El gobierno de Chávez podría aprovechar los menores costos de adquirir los misiles norcoreanos, más económicos, en lugar de los MiG-29 para armar y equipar su reserva militar Bolivariana.Se sabe que los reportes de Stratfor han llegado a manos de Chávez, pues la empresa tiene vínculos y contratos con Pdvsa y otras empresas petroleras que trabajan en Venezuela. En este sentido, la paranoia de Chávez contra Colombia procede de la misma fuente: Stratfor.Dos aspectos importantes de los informes han puesto en vigilia permanente al mandatario venezolano: el primero, que muchos de sus aliados en el Movimiento Quinta República quieren hacer la revolución bolivariana sin Chávez y eso solo significa “prescindir” del caudillo revolucionario. La segunda es que Estados Unidos actuaría contra Venezuela desde Colombia, país que generaría un incidente fronterizo que justificara un ataque contra el vecino país. Se sabe que Chávez recibió esta información de manos de la compañía de inteligencia norteamericana.Con toda esa información sobre la inminencia de un ataque contra Venezuela y de un atentado contra el Presidente, se comprende la posición contra el gobierno colombiano, pues los reportes de inteligencia de una empresa de semejante envergadura, no pueden pasar desapercibidos para el gobierno bolivariano.Entonces, tampoco sorprenden las declaraciones de Neuillys Petit, representante de la Embajada de la Republica Bolivariana de Venezuela en Australia quien señaló que" el presidente Álvaro Uribe Vélez es un político" pirómano", que prendió fuego al infierno latinoamericano, obedeciendo ordenes del Pentágono.De otro lado, lo que está considerando también Chávez, obligado por el sentimiento de persecución, es que la fiebre no está en las sábanas, pues los reportes de que Jessie Chacón podría reemplazar a José Vicente Rangel en la vice presidencia venezolana, sugieren que el mandatario venezolano piensa que podría ser víctima de un golpe en palacio.
miércoles, junio 22, 2005
Los doce apóstoles de Petro
Había una vez una banda paramilitar denominada los doce apóstoles. Esta banda tenía su centro de operaciones en la finca La Carolina, cercana a la población antioqueña de Santa Rosa de Osos.
Corría el año de 1992. Las autoridades comenzaron el seguimiento y procedieron a su judicialización ante la recién creada Fiscalía General de la Nación. Entre los implicados en la investigación figuró Santiago Uribe Vélez, hermano del actual Presidente de la República. La Fiscalía investigó a esta banda por concierto para delinquir y por el asesinato selectivo de 50 personas en la región, pero en 1999, este mismo organismo judicial decidió archivar el proceso por falta de evidencias.
Pero el tema volvió a salir a la luz en las últimas horas, cuando el representante Gustavo Petro exhortó al Presidente para que le “aclarara al país” los vínculos de su hermano Santiago en la conformación de grupos paramilitares. Fuera de la exigencia, Petro no presentó ninguna prueba, ni radicó ninguna denuncia contra Uribe Vélez en la comisión de Acusación, que es el juez natural del Presidente: simplemente citó una rueda de prensa y, en resumidas cuentas, entregó los documentos que señalaban la investigación y la preclusión de la acción penal por falta de méritos. Es decir: solo encontró unos papeles para hacer escándalo.
A las pocas horas, el Fiscal General de la Nación emitió un escueto comunicado en el que informaba que la investigación fue archivada desde 1999 y conminó al representante Petro, uno de sus más aguerridos contradictores, a entregar las nuevas evidencias al organismo judicial para su evaluación.
Lo que se observa es la intención de algunos sectores de continuar calentando el debate y, de paso, buscarle la lengua a Uribe Vélez, pues esta denuncia coincide sospechosamente con la publicación de los resultados de la última encuesta sobre la reelección en Colombia, en la que Uribe resulta un amplio e incuestionable vencedor frente a la oposición y de paso, demuestra la fortaleza de los programas de gobierno y del Presidente.
Otra situación que se manifiesta en lo ocurrido es la persecución implacable e inmisericorde que tendrá que padecer Uribe si la Corte Constitucional aprueba la reelección, porque Petro demostró el talante de las futuras acciones opositoras: lanzar una calumnia que puede ser malinterpretada por la opinión nacional, caldear los ánimos y con ambos instrumentos, bajar la popularidad y el respaldo nacional al Presidente, que sigue intacto a favor del Mandatario.
A esta hora no se cuál será la respuesta del Presidente a semejantes acusaciones, porque está involucrado un miembro de su familia. Seguramente este intento de sicariato moral de Petro provocará una reacción contundente de Uribe, cosa que esperamos todos, pues si bien es cierto que Santiago Uribe fue investigado, también debe destacarse que en 5 años de investigación no se encontró evidencia alguna de su vinculación con el grupo paramilitar. Es decir, un inocente que resulta involucrado en un proceso penal del cual sale absuelto.
Ahora saldrán a decir los opositores que Uribe manejó el tema con su poder. Será otra demostración de irracionalidad y falta de matemáticas: si los hechos ocurrieron entre 1992 y 1994 (durante los gobiernos de Gaviria y Samper), y la preclusión se dio en 1999 (durante el gobierno de Andrés Pastrana) pues no puede generarse la ilógica conexión de la presión del Presidente que en ese entonces no ocupaba ese cargo para que fuera exonerado su hermano de cualquier hecho delictivo.
De igual forma, entremos al terreno jurídico, cualquier colombiano es susceptible de ser investigado por la Fiscalía: una denuncia debe ser investigada y llegar a una de dos consecuencias: o la Fiscalía dicta preclusión (archivo) o la misma Fiscalía expide resolución de acusación al encontrar méritos suficientes para que un juez determine la culpabilidad o inocencia del procesado. Pero lo segundo no ocurrió, porque la evidencia no existió y las pruebas, si las habían, eran apenas circunstanciales y se remitían a un contrato de administración de una finca que coincidencialmente administraba el hermano del Presidente.
Lo cierto es que nos esperan meses muy aciagos en este tema político, por las declaraciones, las calumnias, la inquina y por las pesquisas infructuosas que vienen adelantando algunos sectores de la oposición, porque lo cierto es que no han encontrado nada contra el presidente Uribe.
Corría el año de 1992. Las autoridades comenzaron el seguimiento y procedieron a su judicialización ante la recién creada Fiscalía General de la Nación. Entre los implicados en la investigación figuró Santiago Uribe Vélez, hermano del actual Presidente de la República. La Fiscalía investigó a esta banda por concierto para delinquir y por el asesinato selectivo de 50 personas en la región, pero en 1999, este mismo organismo judicial decidió archivar el proceso por falta de evidencias.
Pero el tema volvió a salir a la luz en las últimas horas, cuando el representante Gustavo Petro exhortó al Presidente para que le “aclarara al país” los vínculos de su hermano Santiago en la conformación de grupos paramilitares. Fuera de la exigencia, Petro no presentó ninguna prueba, ni radicó ninguna denuncia contra Uribe Vélez en la comisión de Acusación, que es el juez natural del Presidente: simplemente citó una rueda de prensa y, en resumidas cuentas, entregó los documentos que señalaban la investigación y la preclusión de la acción penal por falta de méritos. Es decir: solo encontró unos papeles para hacer escándalo.
A las pocas horas, el Fiscal General de la Nación emitió un escueto comunicado en el que informaba que la investigación fue archivada desde 1999 y conminó al representante Petro, uno de sus más aguerridos contradictores, a entregar las nuevas evidencias al organismo judicial para su evaluación.
Lo que se observa es la intención de algunos sectores de continuar calentando el debate y, de paso, buscarle la lengua a Uribe Vélez, pues esta denuncia coincide sospechosamente con la publicación de los resultados de la última encuesta sobre la reelección en Colombia, en la que Uribe resulta un amplio e incuestionable vencedor frente a la oposición y de paso, demuestra la fortaleza de los programas de gobierno y del Presidente.
Otra situación que se manifiesta en lo ocurrido es la persecución implacable e inmisericorde que tendrá que padecer Uribe si la Corte Constitucional aprueba la reelección, porque Petro demostró el talante de las futuras acciones opositoras: lanzar una calumnia que puede ser malinterpretada por la opinión nacional, caldear los ánimos y con ambos instrumentos, bajar la popularidad y el respaldo nacional al Presidente, que sigue intacto a favor del Mandatario.
A esta hora no se cuál será la respuesta del Presidente a semejantes acusaciones, porque está involucrado un miembro de su familia. Seguramente este intento de sicariato moral de Petro provocará una reacción contundente de Uribe, cosa que esperamos todos, pues si bien es cierto que Santiago Uribe fue investigado, también debe destacarse que en 5 años de investigación no se encontró evidencia alguna de su vinculación con el grupo paramilitar. Es decir, un inocente que resulta involucrado en un proceso penal del cual sale absuelto.
Ahora saldrán a decir los opositores que Uribe manejó el tema con su poder. Será otra demostración de irracionalidad y falta de matemáticas: si los hechos ocurrieron entre 1992 y 1994 (durante los gobiernos de Gaviria y Samper), y la preclusión se dio en 1999 (durante el gobierno de Andrés Pastrana) pues no puede generarse la ilógica conexión de la presión del Presidente que en ese entonces no ocupaba ese cargo para que fuera exonerado su hermano de cualquier hecho delictivo.
De igual forma, entremos al terreno jurídico, cualquier colombiano es susceptible de ser investigado por la Fiscalía: una denuncia debe ser investigada y llegar a una de dos consecuencias: o la Fiscalía dicta preclusión (archivo) o la misma Fiscalía expide resolución de acusación al encontrar méritos suficientes para que un juez determine la culpabilidad o inocencia del procesado. Pero lo segundo no ocurrió, porque la evidencia no existió y las pruebas, si las habían, eran apenas circunstanciales y se remitían a un contrato de administración de una finca que coincidencialmente administraba el hermano del Presidente.
Lo cierto es que nos esperan meses muy aciagos en este tema político, por las declaraciones, las calumnias, la inquina y por las pesquisas infructuosas que vienen adelantando algunos sectores de la oposición, porque lo cierto es que no han encontrado nada contra el presidente Uribe.
martes, junio 21, 2005
Peligro: corruptos a un metro de distancia
Siempre me pregunté: ¿porqué la señora Martínez persigue, lucha, calumnia y hace cabildeo por continuar en el Consejo de Administración del conjunto residencial en donde vivo? Le daba vueltas y no encontraba razones, pues ese organismo no maneja el presupuesto del conjunto, ni tiene acceso directo a las cuentas bancarias en donde se depositan las cuotas de administración.
Descartado el interés económico, solo quedaba como argumento el adquirir o mantener el pírrico poder en la comunidad: yo pensaba que solo buscaba defender algunos privilegios como la atención especial de los vigilantes, o de pronto, obtener doble limpieza en su piso. Sin embargo, pensaba que ella se aferraba a muy poco y que resultaban absurdos los conflictos y el clima de tensión que generaba para mantener tan escasas prebendas.
Error. Los privilegios y las prebendas son una forma de corrupción y el hecho de obtener, por ejemplo, una mayor limpieza del piso frente al aseo promedio de las escaleras, es ya un abuso que lamentablemente muchos ignoramos.
Sin embargo, hace algunos días me enteré de varios motivos que tenía la señora Martínez para luchar, a brazo partido, por mantenerse en los cargos más importantes en el Consejo de Administración. Resulta que la señora tiene en su apartamento dos perros, de esos cuyos ladridos aturden a cualquier cristiano. Sin embargo, están en su apartamento y no molestan a nadie más que a la dueña y a su esposo. Pues resultó que la señora de marras ordenó, desde hace más de 5 años, que los celadores no podían llamarla por citófono en ningún momento y por lo tanto, cuando llegara una visita, los vigilantes tenían que comunicarse con ella por el teléfono monedero instalado en la portería, para anunciar la llegada de los invitados. Hasta ahí, pues muy feo el tema del privilegio pero nada más.
Al enterarme de la situación, pregunté ingenuamente ¿y cuánto dinero deja la señora para que le hagan las llamadas? La respuesta fue: no señor, eso lo da la administración, es decir, sale de mi bolsillo y del bolsillo de toda la comunidad.
Hasta este momento usted dirá: tanto escándalo por miserables $200, que es el costo de una llamada. Pero no es tan simple: la señora recibe dos visitas diarias en promedio, cada día de la semana. Entonces, haciendo cuentas de cinco años a $400 obtiene un resultado que ya comienza a preocupar: $730.000. Son tres cuartos de millón de pesos que pagó la comunidad, 730 mil pesos que contablemente aparecen como llamadas de la vigilancia, sin especificar obviamente a quién y porqué. Se supone que los miembros del Consejo de Administración no pueden recibir compensación alguna por su trabajo, pues la filosofía para esos cargos debe partir del ministerio y del servicio a la comunidad.
Entonces me encontré con una realidad: la señora estaba pegada a ese cargo por dinero y por el poder que le permitía cometer estos actos de corrupción.
Los colombianos tenemos la costumbre (miopía) de buscar la corrupción en las altas esferas de poder. Claro, ahí también está. Pero comencemos por lo básico y cercano: la corrupción puede estar en nuestras narices y la pasamos por alto porque es poco dinero. Es decir: para muchos la corrupción tiene que quebrar al país para que sea corrupción, pero la realidad es que hay que erradicarla en todos los niveles: desde el niño que se roba una parte del neumático de una bicicleta ante la mirada complaciente de sus padres (esto es robo propiamente dicho pero lo justifican con las palabras mágicas: es que es un niño), pasando por una señora que utiliza el poder para desviar los recursos de un barrio y aprovecharlos en su propio beneficio, hasta llegar a los ediles, concejales, congresistas y funcionarios del gobierno: ya conocemos los grandes desfalcos, la corrupción descarada, los congresistas que no trabajan pero si cobran, o que aprueban una reforma pensional que no los toca, porque mantuvieron los privilegios haciendo el cálculo preciso para que no los cobijara la nueva ley.
¿Alguno de ustedes sabe lo que hacen con el presupuesto las autoridades de su barrio? ¿Sabemos a cuántas sesiones asistieron los concejales o congresistas que elegimos?Comencemos a erradicar la corrupción desde nuestro entorno más cercano: estemos vigilantes, porque sean $200 o $200 mil millones, la motivación y los hechos corresponden al mismo talante corrupto que debemos enfrentar.
Descartado el interés económico, solo quedaba como argumento el adquirir o mantener el pírrico poder en la comunidad: yo pensaba que solo buscaba defender algunos privilegios como la atención especial de los vigilantes, o de pronto, obtener doble limpieza en su piso. Sin embargo, pensaba que ella se aferraba a muy poco y que resultaban absurdos los conflictos y el clima de tensión que generaba para mantener tan escasas prebendas.
Error. Los privilegios y las prebendas son una forma de corrupción y el hecho de obtener, por ejemplo, una mayor limpieza del piso frente al aseo promedio de las escaleras, es ya un abuso que lamentablemente muchos ignoramos.
Sin embargo, hace algunos días me enteré de varios motivos que tenía la señora Martínez para luchar, a brazo partido, por mantenerse en los cargos más importantes en el Consejo de Administración. Resulta que la señora tiene en su apartamento dos perros, de esos cuyos ladridos aturden a cualquier cristiano. Sin embargo, están en su apartamento y no molestan a nadie más que a la dueña y a su esposo. Pues resultó que la señora de marras ordenó, desde hace más de 5 años, que los celadores no podían llamarla por citófono en ningún momento y por lo tanto, cuando llegara una visita, los vigilantes tenían que comunicarse con ella por el teléfono monedero instalado en la portería, para anunciar la llegada de los invitados. Hasta ahí, pues muy feo el tema del privilegio pero nada más.
Al enterarme de la situación, pregunté ingenuamente ¿y cuánto dinero deja la señora para que le hagan las llamadas? La respuesta fue: no señor, eso lo da la administración, es decir, sale de mi bolsillo y del bolsillo de toda la comunidad.
Hasta este momento usted dirá: tanto escándalo por miserables $200, que es el costo de una llamada. Pero no es tan simple: la señora recibe dos visitas diarias en promedio, cada día de la semana. Entonces, haciendo cuentas de cinco años a $400 obtiene un resultado que ya comienza a preocupar: $730.000. Son tres cuartos de millón de pesos que pagó la comunidad, 730 mil pesos que contablemente aparecen como llamadas de la vigilancia, sin especificar obviamente a quién y porqué. Se supone que los miembros del Consejo de Administración no pueden recibir compensación alguna por su trabajo, pues la filosofía para esos cargos debe partir del ministerio y del servicio a la comunidad.
Entonces me encontré con una realidad: la señora estaba pegada a ese cargo por dinero y por el poder que le permitía cometer estos actos de corrupción.
Los colombianos tenemos la costumbre (miopía) de buscar la corrupción en las altas esferas de poder. Claro, ahí también está. Pero comencemos por lo básico y cercano: la corrupción puede estar en nuestras narices y la pasamos por alto porque es poco dinero. Es decir: para muchos la corrupción tiene que quebrar al país para que sea corrupción, pero la realidad es que hay que erradicarla en todos los niveles: desde el niño que se roba una parte del neumático de una bicicleta ante la mirada complaciente de sus padres (esto es robo propiamente dicho pero lo justifican con las palabras mágicas: es que es un niño), pasando por una señora que utiliza el poder para desviar los recursos de un barrio y aprovecharlos en su propio beneficio, hasta llegar a los ediles, concejales, congresistas y funcionarios del gobierno: ya conocemos los grandes desfalcos, la corrupción descarada, los congresistas que no trabajan pero si cobran, o que aprueban una reforma pensional que no los toca, porque mantuvieron los privilegios haciendo el cálculo preciso para que no los cobijara la nueva ley.
¿Alguno de ustedes sabe lo que hacen con el presupuesto las autoridades de su barrio? ¿Sabemos a cuántas sesiones asistieron los concejales o congresistas que elegimos?Comencemos a erradicar la corrupción desde nuestro entorno más cercano: estemos vigilantes, porque sean $200 o $200 mil millones, la motivación y los hechos corresponden al mismo talante corrupto que debemos enfrentar.
lunes, junio 20, 2005
Un partido de traquetos
Me quedé corto. Lamento informar que el Congreso Nacional del partido Liberal no fue solo un circo: fue todo un espectáculo de malas costumbres, de politiquería barata y de efervescente deslealtad. Además, evidenció la verdadera dimensión y el talante del partido opositor colombiano.
En medio del circo, cuando Gaviria demostró ser uno mas de los malabaristas que integran esa agrupación, Piedad Córdoba “tomó la palabra y soltó una fuerte diatriba contra las directivas por el presunto fraude en unas credenciales. Fue muy severa en sus afirmaciones. Juan Fernando Cristo, quien estaba junto a Gaviria, la refutó. Piedad replicó más fuerte: ¡No tengo interés en estar en un partido de traquetos!”.
Que frase la de Piedad. No recuerdo un pronunciamiento tan sincero salido de la boca de un político colombiano. Cuando la señora Córdoba emitió su frase, Gaviria se paró, golpeó la mesa, le exigió respeto e intentó retirarse del escenario. Algunos de sus áulicos lo impidieron, rodeándolo para que no se enojara más. Como dirían por ahí, la verdad duele y Gaviria se vio enfrentado a una irreparable realidad: está metido de patas y manos y es el Jefe Único (esperamos que irrepetible) del partido de traquetos.
¿Qué habrá sentido Horacio Serpa cuando escuchó esa frase? ¿Se sentiría aludido? Porque lo cierto es que fue Serpa el que presionó a Piedad Córdoba para que asistiera al circo y participara en el grotesco espectáculo.
Esta definición del Partido Liberal Colombiano se produjo por un hecho que demuestra las dimensiones éticas del oficialismo liberal: Según la página web de la senadora, “hubo un fraude denunciado y aceptado por sus autores. Ante ese hecho era factible un levantamiento popular al evidenciarse la clonación de 300 credenciales que impedirían votar a un grueso número de personas autorizando el voto sólo a los seguidores de los tramposos”. Efectivamente esa falsificación le permitió a una facción, de las muy diversas que asistieron al circo, hacerse con la mayoría y por ende tomar las decisiones en cuanto al futuro de la colectividad.
El hecho demuestra que el mencionado partido es una cueva de Rolando, en donde cada quien hace cualquier cosa por mantener sus privilegios, sus cuotas y su poder. Como será la podredumbre y la falta de escrúpulos que se hacen trampa entre ellos mismos. Esto ratifica además que las palabras del nuevo Jefe Único son un homenaje, un elogio y un honor para el Presidente de la República, pues a buena hora, Gaviria excluyó a Uribe de semejante banda.
Otro hecho importante que conlleva la frase de la senadora del Partido Liberal Colombiano es que metió en el mismo costal a Horacio Serpa con Ernesto Samper; a César Gaviria con Alfonso Gómez Méndez; a Rafael Pardo Rueda con Juan Fernando Cristo y a Alfonso López Michelsen con Piedad Córdoba, pues ella integró la dirección conjunta de la colectividad y tiene una gran cuota de responsabilidad en la permanencia de los traquetos en el liberalismo. Sea por acción, admitir la estadía, o por omisión, hacerse la desentendida frente al asunto, lo cierto es que Piedad cometió suicidio político antes de su anunciado viaje al exterior.
No es que preocupe o duela la herida que se hizo la señora Córdoba, pues su acto de honestidad se parece a los últimos instantes de un moribundo. Pero hay que admitir que la senadora tiene coraje y valor para lanzar semejante frase en el circo “democrático” del Congreso Nacional del partido Liberal. Parece que el nuevo corte de cabello de Piedad (ahora luce con su cabeza rapada) sirvió para que tuviera un momento de lucidez y le mostrara al mundo el verdadero talante del oficialismo que tanto ataca al Presidente por el hecho de haber renunciado y querer desmontar el partido de traquetos.
En medio del circo, cuando Gaviria demostró ser uno mas de los malabaristas que integran esa agrupación, Piedad Córdoba “tomó la palabra y soltó una fuerte diatriba contra las directivas por el presunto fraude en unas credenciales. Fue muy severa en sus afirmaciones. Juan Fernando Cristo, quien estaba junto a Gaviria, la refutó. Piedad replicó más fuerte: ¡No tengo interés en estar en un partido de traquetos!”.
Que frase la de Piedad. No recuerdo un pronunciamiento tan sincero salido de la boca de un político colombiano. Cuando la señora Córdoba emitió su frase, Gaviria se paró, golpeó la mesa, le exigió respeto e intentó retirarse del escenario. Algunos de sus áulicos lo impidieron, rodeándolo para que no se enojara más. Como dirían por ahí, la verdad duele y Gaviria se vio enfrentado a una irreparable realidad: está metido de patas y manos y es el Jefe Único (esperamos que irrepetible) del partido de traquetos.
¿Qué habrá sentido Horacio Serpa cuando escuchó esa frase? ¿Se sentiría aludido? Porque lo cierto es que fue Serpa el que presionó a Piedad Córdoba para que asistiera al circo y participara en el grotesco espectáculo.
Esta definición del Partido Liberal Colombiano se produjo por un hecho que demuestra las dimensiones éticas del oficialismo liberal: Según la página web de la senadora, “hubo un fraude denunciado y aceptado por sus autores. Ante ese hecho era factible un levantamiento popular al evidenciarse la clonación de 300 credenciales que impedirían votar a un grueso número de personas autorizando el voto sólo a los seguidores de los tramposos”. Efectivamente esa falsificación le permitió a una facción, de las muy diversas que asistieron al circo, hacerse con la mayoría y por ende tomar las decisiones en cuanto al futuro de la colectividad.
El hecho demuestra que el mencionado partido es una cueva de Rolando, en donde cada quien hace cualquier cosa por mantener sus privilegios, sus cuotas y su poder. Como será la podredumbre y la falta de escrúpulos que se hacen trampa entre ellos mismos. Esto ratifica además que las palabras del nuevo Jefe Único son un homenaje, un elogio y un honor para el Presidente de la República, pues a buena hora, Gaviria excluyó a Uribe de semejante banda.
Otro hecho importante que conlleva la frase de la senadora del Partido Liberal Colombiano es que metió en el mismo costal a Horacio Serpa con Ernesto Samper; a César Gaviria con Alfonso Gómez Méndez; a Rafael Pardo Rueda con Juan Fernando Cristo y a Alfonso López Michelsen con Piedad Córdoba, pues ella integró la dirección conjunta de la colectividad y tiene una gran cuota de responsabilidad en la permanencia de los traquetos en el liberalismo. Sea por acción, admitir la estadía, o por omisión, hacerse la desentendida frente al asunto, lo cierto es que Piedad cometió suicidio político antes de su anunciado viaje al exterior.
No es que preocupe o duela la herida que se hizo la señora Córdoba, pues su acto de honestidad se parece a los últimos instantes de un moribundo. Pero hay que admitir que la senadora tiene coraje y valor para lanzar semejante frase en el circo “democrático” del Congreso Nacional del partido Liberal. Parece que el nuevo corte de cabello de Piedad (ahora luce con su cabeza rapada) sirvió para que tuviera un momento de lucidez y le mostrara al mundo el verdadero talante del oficialismo que tanto ataca al Presidente por el hecho de haber renunciado y querer desmontar el partido de traquetos.
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