Mucho se habla del canje humanitario de los secuestrados políticos por prisioneros delincuentes pertenecientes a la banda narcoguerrillera de las Farc. Incluso, en los últimos días los familiares han pedido pruebas de supervivencia, pues hace más de un año que no reciben ninguna señal de vida de los cautivos.
En la entrevista, la periodista pregunta sobre las pruebas de supervivencia de los secuestrados, a lo que Raúl Reyes respondió con el más cínico argumento: “las FARC no van a exponer la integridad física de los prisioneros a cambio de sacar unas pruebas (...) que no van a resolver lo grande que nosotros estamos luchando por conseguir que es la liberación de los prisioneros”.
Queda claro: tenerlos secuestrados y a merced de un grupo de terroristas, sometidos a las inclemencias del tiempo, a la indefensión frente a las alimañas de la manigua no es exponer la integridad física de los secuestrados. Ese argumento lo compra Francia, pero es difícil sostenerlo ante otros menos incautos que conozcan la realidad del país. De igual forma, a ellos solo les interesa la libertad de sus combatientes para nutrir sus famélicas fuerzas de choque, sin importarles ni reconocer que tienen secuestrados y no prisioneros de guerra, como siempre han querido mostrarle al mundo. En este sentido, los familiares que tanto presionan al gobierno para el canje humanitario, deberían también ejercer la misma presión sobre los delincuentes secuestradores que tienen a sus seres queridos como mercancía de canje para doblegar al Estado y permitir que una partida de criminales salga de las cárceles a seguir delinquiendo, asesinando colombianos y acabando con la pobre infraestructura nacional.
En otro orden de ideas, Olga Lucía Vega llevó al entrevistado a pronunciarse sobre la reelección (la entrevista fue hecha antes del 19 de octubre): “no se puede pensar que si la Corte aprobara la reelección, eso quiere decir que ya Uribe llegará a la Presidencia de la República”, lo que demuestra que en política las Farc y sus voceros descubrieron el agua tibia. A continuación, Reyes anunció que las Farc no se quedarán quietas, e intentarán incidir en los resultados de las próximas elecciones y bloquear por todos los medios a su alcance (terrorismo, secuestros, asesinatos, tomas a poblados pequeños y aislados) la reelección presidencial: “Luego entra la parte definitoria que es la campaña que puede evitar a los colombianos un gran mal que es la continuidad de Uribe como Presidente”.
Suena familiar ese discurso. Lo hemos escuchado de algunos opositores que, curiosamente, coinciden palabra por palabra con las Farc. Pero más allá de las llamativas coincidencias es importante leer con atención este punto, pues todavía no hemos escuchado a un solo miembro de la oposición quejándose por la intervención de la guerrilla en la campaña presidencial.
Otra de las interesantes coincidencias entre las Farc y algunos sectores de la oposición es la posición frente al proceso con las Auc: “ Ese llamado proceso del gobierno de Uribe ha ratificado que lo que hay en Colombia en este momento es un gobierno paramilitar. Un gobierno que fue elegido con los votos del paramilitarismo y que ese paramilitarismo viene ganando terreno, y por eso con toda razón ha dicho el doctor Horacio Serpa que Colombia está paramilitarizada.” Es muy importante y alentador que Serpa (el doctor Serpa para el narcoguerrillero) coincida con Reyes, o viceversa.
Pero en la entrevista también hubo espacio para las lamentaciones por la parcela del negocio perdido: “Entonces, lo que se ha visto es el entronque indisoluble entre paramilitarismo y narcotráfico”. Esta frase suena a reclamo por las pérdidas del negocio de las Farc que es el narcotráfico. Pero además, comprueba el cinismo de esa organización narcoterrorista que ve con malos ojos el narcotráfico de los paramilitares, pero “endulza” su envíos con semántica y frases de cajón sobre la necesidad del sostenimiento de la guerra.
Reyes remató así la entrevista: “Es decir, lo que está en juego es la legalización del narcoparamilitarismo”. Claro, olvido decir que hace 4 años lo que estaba en juego era la legalización de la narcoguerrilla.
En la entrevista, la periodista pregunta sobre las pruebas de supervivencia de los secuestrados, a lo que Raúl Reyes respondió con el más cínico argumento: “las FARC no van a exponer la integridad física de los prisioneros a cambio de sacar unas pruebas (...) que no van a resolver lo grande que nosotros estamos luchando por conseguir que es la liberación de los prisioneros”.
Queda claro: tenerlos secuestrados y a merced de un grupo de terroristas, sometidos a las inclemencias del tiempo, a la indefensión frente a las alimañas de la manigua no es exponer la integridad física de los secuestrados. Ese argumento lo compra Francia, pero es difícil sostenerlo ante otros menos incautos que conozcan la realidad del país. De igual forma, a ellos solo les interesa la libertad de sus combatientes para nutrir sus famélicas fuerzas de choque, sin importarles ni reconocer que tienen secuestrados y no prisioneros de guerra, como siempre han querido mostrarle al mundo. En este sentido, los familiares que tanto presionan al gobierno para el canje humanitario, deberían también ejercer la misma presión sobre los delincuentes secuestradores que tienen a sus seres queridos como mercancía de canje para doblegar al Estado y permitir que una partida de criminales salga de las cárceles a seguir delinquiendo, asesinando colombianos y acabando con la pobre infraestructura nacional.
En otro orden de ideas, Olga Lucía Vega llevó al entrevistado a pronunciarse sobre la reelección (la entrevista fue hecha antes del 19 de octubre): “no se puede pensar que si la Corte aprobara la reelección, eso quiere decir que ya Uribe llegará a la Presidencia de la República”, lo que demuestra que en política las Farc y sus voceros descubrieron el agua tibia. A continuación, Reyes anunció que las Farc no se quedarán quietas, e intentarán incidir en los resultados de las próximas elecciones y bloquear por todos los medios a su alcance (terrorismo, secuestros, asesinatos, tomas a poblados pequeños y aislados) la reelección presidencial: “Luego entra la parte definitoria que es la campaña que puede evitar a los colombianos un gran mal que es la continuidad de Uribe como Presidente”.
Suena familiar ese discurso. Lo hemos escuchado de algunos opositores que, curiosamente, coinciden palabra por palabra con las Farc. Pero más allá de las llamativas coincidencias es importante leer con atención este punto, pues todavía no hemos escuchado a un solo miembro de la oposición quejándose por la intervención de la guerrilla en la campaña presidencial.
Otra de las interesantes coincidencias entre las Farc y algunos sectores de la oposición es la posición frente al proceso con las Auc: “ Ese llamado proceso del gobierno de Uribe ha ratificado que lo que hay en Colombia en este momento es un gobierno paramilitar. Un gobierno que fue elegido con los votos del paramilitarismo y que ese paramilitarismo viene ganando terreno, y por eso con toda razón ha dicho el doctor Horacio Serpa que Colombia está paramilitarizada.” Es muy importante y alentador que Serpa (el doctor Serpa para el narcoguerrillero) coincida con Reyes, o viceversa.
Pero en la entrevista también hubo espacio para las lamentaciones por la parcela del negocio perdido: “Entonces, lo que se ha visto es el entronque indisoluble entre paramilitarismo y narcotráfico”. Esta frase suena a reclamo por las pérdidas del negocio de las Farc que es el narcotráfico. Pero además, comprueba el cinismo de esa organización narcoterrorista que ve con malos ojos el narcotráfico de los paramilitares, pero “endulza” su envíos con semántica y frases de cajón sobre la necesidad del sostenimiento de la guerra.
Reyes remató así la entrevista: “Es decir, lo que está en juego es la legalización del narcoparamilitarismo”. Claro, olvido decir que hace 4 años lo que estaba en juego era la legalización de la narcoguerrilla.