jueves, septiembre 29, 2005

El ventilador de Carlos Náder

El cinismo del ex Presidente Alfonso López Michelsen es realmente contundente. En su declaración ante la Fiscalía por el caso Santofimio, López afirmó que “tenía la idea de que Carlos Náder había presentado a Santofimio con Pablo Escobar”.
Pocos días después de conocerse la información, el propio Carlos Nader (el que está siendo investigado por las amenazas contra el periodista Daniel Coronell) le envió una carta al ex Presidente en la que le solicita rectificar la información.
Como será de contundente la misiva, que López salió por todos los medios disponibles a enmendar su error JURAMENTADO. Unos días después de recibida la solicitud de rectificación, el ex Presidente López reconoció su error, o ¿será perjurio?, primero en la W Radio y posteriormente en una carta: “Me equivoqué en cuanto a que usted le hubiera presentado a Pablo Escobar a Santofimio”, reconoce López, aunque advirtiendo que lo que dijo no fue una afirmación contundente: “Dije textualmente: ‘Yo tengo la idea de que’, lo cual es muy distinto a declarar ante la justicia y bajo juramento tal cosa”. Eso significa, según López Michelsen, que la magia de una frase etérea, antepuesta a una afirmación, libra de toda responsabilidad a quien emite dicha afirmación. Si López no tenía certeza sobre lo que declaraba, tenía dos opciones: o decía específicamente que lo que iba a afirmar era un chisme de pasillo o daba el nombre de la fuente que le había suministrado esa información. Lo que queda claro, hasta aquí, son los motivos por los que tanto admira López a Santofimio: el manejo y manipulación de la palabra.
En la carta, el ex congresista Carlos Nader soltó varias bombas que el país aún no ha asimilado. Lo primero que hizo fue desmentir a López: “Yo nunca los presenté por la sencilla razón de que nunca fui amigo, ni allegado, ni cercano al señor Escobar, ni nada parecido”.
Pero luego lanzó una verdadera carga de profundidad cuando dio a conocer las circunstancias en que conoció a Pablo Escobar: “Fue en la suite Medellín que usted (hablando de López Michelsen) ocupaba en el Hotel Intercontinental de esa ciudad con motivo de su segunda campaña presidencial, por allá en 1982, en una reunión en la que además de Escobar y su tropa se encontraban, entre otros, usted mismo, Santiago Londoño White, Ernesto Samper Pizano, el senador Federico Estrada Vélez, el representante Jairo Ortega, su hijo Felipe López (quien entró y salió de la habitación conmigo) y yo”.
¿Cómo así que López Michelsen, Ernesto Samper Pizano y Felipe López (propietario de la revista Semana) entre otros, estaban reunidos con el capo del cartel de Medellín? ¿De qué estaban hablando con uno de los mayores delincuentes que ha tenido el país? ¿Tenía algo que ver con la segunda campaña presidencial de Alfonso López Michelsen? Son tres preguntas que necesitan respuesta de sus protagonistas, pues hasta hoy, NINGUNO DE ELLOS ha salido a desmentir o aclarar las afirmaciones de Nader, que de paso, se constituyen en una seria prueba sobre los vínculos de la mafia con los más altos niveles de la clase dirigente colombiana: un ex Presidente, un futuro Presidente y el propietario de un medio de comunicación. Es que una cosa es suponerlo, sospecharlo, escuchar los comentarios de pasillo y otra muy distinta que la situación sea confirmada por escrito por un testigo de primera mano.
Sin embargo, López Michelsen culpa de la situación al propio Nader, pues “cometió el error de ufanarse de haberle salvado la vida a muchos distinguidos colombianos que Escobar tenía en la mira”.

miércoles, septiembre 28, 2005

Nadie se pone de acuerdo sobre los secuestrados en Colombia

La semana anterior se presentó un enfrentamiento diplomático entre la cancillería colombiana y el gobierno francés. El motivo: las conversaciones que sostuvieron representantes de Francia con Raúl Reyes, narcoterrorista que actúa además como jefe de prensa de las Farc.
En el fondo, lo que se está viendo es una aproximación diferente al problema de las Farc: mientras que para los franceses, y también para otros europeos, las Farc son paladines de la justicia social, para Colombia son unos delincuentes, narcotraficantes y terroristas.
La ingenuidad europea raya en el absurdo: los “paladines justicieros” no pueden ni podrán explicar el desplazamiento forzado de comunidades enteras, ni tienen argumentos para defender el secuestro, ni podrán explicar como destruyen pueblos con cilindros bomba. Los europeos se hacen los de la vista gorda frente a la destrucción de puentes, carreteras e infraestructura eléctrica, lo que perjudica en mayor medida a los sectores de menos ingresos, es decir, todo lo contrario de lo que predican las ONG en Europa.
Las declaraciones que dio la vice alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo (1), muestran la ingenuidad y torpeza con las que se maneja el asunto en Europa. No de otra manera se puede entender que el afiche que exige la liberación de Ingrid Betancur no dice que ella fue secuestrada y permanece en manos de las Farc. La señora Hidalgo, frente a la pregunta de porqué no se explicó esta situación en el impreso, solo atinó a decir que ella cree que eso se sabe, es decir, que es demasiado obvio. Esto significa además, que todo el que mire el afiche tiene la información suficiente como para saber que Ingrid Betancur fue secuestrada por las Farc cuando huían de la Zona de distensión. Así mismo, supone la funcionaria que todos los franceses saben que el proceso de paz y la zona de distensión se acabaron porque las Farc secuestraron un avión: definitivamente los franceses y los europeos están perfectamente informados, digo yo. Según la señora Hidalgo, “nadie piensa que Ingrid esté detenida por el gobierno colombiano”.
Pero en la misma entrevista, la vice alcaldesa de París demuestra lo lejos que están los franceses de tener una ilustración medianamente completa sobre el asunto: “Acá la gente cree que está detenida porque es una mujer política. Que ha llevado el combate político a su manera y que esto es el origen de su secuestro”. Efectivamente la importancia política de Ingrid es el motivo para que PERMANEZCA SECUESTRADA, pues la vitrina y el ruido informativo que ha generado su secuestro en Europa, son, para las Farc, motivos suficientes para mantenerla como mercancía para trueque, ya que ese precisamente es el objetivo central de los secuestros políticos. Pero los europeos desconocen que Ingrid fue secuestrada por terca y altiva, pues desconoció las recomendaciones que se le hicieron para que no ingresara en una zona en la que estaban entrando las fuerzas del Estado y estaban de retirada, huyendo como los cobardes que son, las hordas del narcoterrorismo.
Pero a la desinformación europea se une la presión de los familiares de Ingrid para obtener su liberación. Advirtiendo que están en todo su derecho, lo menos que se espera es que se pongan de acuerdo madre y yerno, sobre los pormenores de la exigencia. Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, aseguró que “el rescate a sangre y fuego que propone el Gobierno es una ruleta rusa, donde el único que gana es el presidente Uribe, porque si salen vivos será un logro, y si Íngrid muere, afirmará que fue la guerrilla y se quita de una vez por todas la piedra en el zapato”.
Pero luego viene Juan Carlos Lecompte, el esposo de la secuestrada y dice que “si el Gobierno colombiano no hace nada por rescatar a los secuestrados debe permitir que otros gobiernos lo hagan”.
Al fin qué: ¿El gobierno no hace nada por rescatar a los secuestrados según Lecompte, o el rescate propuesto por el gobierno es obstaculizado por las familias porque es una ruleta rusa, como asegura doña Yolanda?
Con la terquedad y prepotencia de las Farc, con la tozuda posición del gobierno y con la ambigüedad de las familias, no solo los 63 secuestrados del estrato especial sino todos los que permanecen en poder de las Farc solo ven negros nubarrones en el horizonte.

(1) ENTREVISTA CON LA VICE ALCALDESA DE PARIS ANNE HIDALGO. ARTÍCULO “QUEREMOS A INGRID LIBRE”. El Espectador, semana del 25 de septiembre al 1 de octubre

martes, septiembre 27, 2005

Ecuador tiene doble agenda

Ya se está volviendo costumbre el escuchar a diferentes funcionarios ecuatorianos descalificar el programa de Seguridad Democrática y, en especial, el Plan Colombia.
El ex ministro del interior, Mauricio Gándara, como lo reseñamos en Atrabilioso, aseguró que las fumigaciones en inmediaciones de la frontera afectaban la salud de la población ecuatoriana. Lo mejor, en ese momento, es que el Ministro dijo que había conocido la información hacía unos pocos meses, cuando el tema de las fumigaciones en la frontera colombo ecuatoriana ya está en los estrados judiciales de los Estados Unidos desde hace más de 4 años.
También hemos escuchado al presidente Alfredo Palacio, quien se ha declarado “neutral” frente al conflicto colombiano, ratificar que no declarará a las Farc como terroristas y asegurar que su país solo apoyará una solución política.
Hasta aquí las “versiones oficiales” del gobierno ecuatoriano.
Pero los hechos, que siempre hablan por si mismos, sugieren la presencia de otra agenda al interior del gobierno del país vecino. Primero fue la captura de Ricardo Ovidio Palmera, alias Simón Trinidad, el 3 de enero de 2004: cuando todavía era presidente el coronel Lucio Gutiérrez. El episodio nunca fue aclarado, aunque se sabe de la participación de la policía ecuatoriana. Un mes después, las autoridades ecuatorianas detuvieron a Edison Yemils Gil Lozano, quien aseguró ser guerrillero de las Farc. Sin embargo, la versión oficial indica que Gil Lozano es el lider de una banda de asaltantes.
Además, el 30 de abril de 2004 fueron detenidos dos guerrilleros de las Farc en cercanías de un campamento subversivo ubicado en Ecuador.
Este año, el 24 de febrero, 10 colombianos y siete ecuatorianos fueron sindicados de manejar una clínica para guerrilleros heridos. El 10 de julio, la policía ecuatoriana detuvo al jefe del frente 48 de las Farc, Nelson Yaguará Méndez, quien participó en el ataque a la base militar de Teteyé, Putumayo.
Hace unos días el ejército ecuatoriano informó sobre el hallazgo de un campamento de las Farc en la frontera con Colombia.
En las últimas horas, el gobierno ecuatoriano entregó en Ipiales al narcoterrorista Marcial Campaña, encargado de coordinar las finanzas del frente 48 de las Farc. El guerrillero robaba combustible para el bloque Sur y era dueño de una refinería artesanal de hidrocarburos en Orito, Putumayo.
Claro, el gobierno ecuatoriano, en la orden de deportación, solo lo acusó de permanecer indocumentado en ese país y utilizó esa justificación (la versión oficial) para entregarlo a la policía colombiana, que se sabe, ya contaba con la colaboración de las unidades ecuatorianas para el seguimiento del guerrillero que tiene órdenes de captura por rebelión, hurto de hidrocarburos y terrorismo.
Pero Marcial Campaña además es propietario de haciendas en Ecuador y de una embotelladora de agua mineral en la provincia de Carchi, también en ese país.
Que el presidente ecuatoriano diga lo que quiera, aunque como dice Lucio Gutiérrez "no se puede ser neutral en un tema así. Es un error garrafal del vicepresidente Palacio. No se puede poner en una misma posición a un gobierno legítimo y a fuerzas irregulares como son las Farc" ("El Ecuador está hecho un caos", El Espectador, septiembre 25 a octubre 1). No importan tanto las palabras del Presidente ecuatoriano: que descalifique lo que bien tenga, es decir, que le de contentillo al panzón oligarca Raúl Reyes, residenciado en Ecuador prácticamente desde la terminación de la zona de distensión. Qué con palabras llene de tranquilidad y confianza a los terroristas. Eso es secundario. Lo que muestran los hechos es que el gobierno del Ecuador, como política de Estado, viene colaborando eficazmente en la persecución, captura y judicialización de los narcoterroristas, pues así la “versión oficial” sea de neutralidad, lo cierto es que las autoridades del vecino país parecen tener claros los peligros y la amenaza que representan los narcoterroristas en su territorio.