Seguramente entró a la política porque al ser uno de los propietarios del tabloide El Espacio, sintió que en el vecindario (a pocas cuadras quedan las instalaciones de El Tiempo) han desarrollado durante décadas una actividad periodística que solo les interesa como plataforma para sus ambiciones políticas. Posiblemente Pablito se lanzó a la gobernación de Cundinamarca para tener la posibilidad de incluir ese cargo en su hoja de vida que obviamente utilizará en el desarrollo de su carrera política.
Lo que no imaginó Pablito es que después de tantos años le correspondería enfrentar uno de los problemas más complejos: el hospital Materno Infantil. En días pasados el Consejo de Estado decidió que el Materno era propiedad del departamento de Cundinamarca y no de la fundación que desmanteló al hospital San Juan de Dios. Pues bien, Pablito leyó el concepto del Consejo de Estado y decidió, a las pocas horas liquidar el centro asistencial, supuestamente porque el fallo de la corporación así lo indicaba.
De nada sirvió que un magistrado del propio Consejo de Estado le explicara que en ningún momento la decisión implicaba la liquidación del hospital. Pablito se enojó y pidió que el consejero que hizo la aclaración se retractara.
Tampoco han servido hasta el momento las soluciones planteadas por el Alcalde Garzón, quien de paso tiene un grave problema, pues unos días antes de la decisión de Pablito, el Distrito firmó un contrato por 9 mil millones de pesos con el hospital Materno Infantil.
En las últimas horas, el gobierno nacional puso en la mesa diferentes soluciones para salvar al hospital: el Estado asumiría el pasivo pensional y le entregaría saneada la institución a Bogotá, simplemente con la decisión de Pablito de hacer la transferencia del hospital de Cundinamarca al Distrito. Incluso el vice ministro de Salud ratificó la propuesta que parece tener el aval de Lucho Garzón, quien ha dado pistas de aceptar el manejo del Materno Infantil. En este mismo sentido, los trabajadores han anunciado que llevan entre 8 meses y tres años sin recibir sueldo y que ellos están dispuestos a negociar esos salarios y a renunciar a primas, cesantías y vacaciones. Pero Pablito no está convencido: el quiere cerrar el hospital Materno Infantil, porque los bebés y las parturientas pueden ser atendidas “divinamente” en los hospitales de Facatativa y Fusagasuga.
Pero Pablito todavía lo está pensando. Lo último que le dijo al vice ministro de Salud es que la decisión de liquidar al Materno Infantil sigue en pie, porque las soluciones no le gustan, porque el hecho de que el centro hospitalario puede ser financieramente viable no son argumentos suficientes para modificar la decisión de Pablito. Asi lo expresó repetidamente en su intervención ante la Asamblea de Cundinamarca.
Ardila Pablo está jugando con la salud de miles de mujeres y niños por pura y simple terquedad, unida a la incapacidad mental que demuestra para enfrentar las crisis y a la sordera que padece para escuchar las propuestas que benefician a la nación, al Estado y a los servicios asistenciales de salud de Bogotá, Cundinamarca y sus zonas de influencia.
Por todo esto parece lógica la propuesta del asesor legal del Materno Infantil de interponer un recurso de revocatoria directa contra el gobernador, pues en un caso tan simple de resolver se ha enredado en un mundo de vanidades y estupidez que demuestran su incapacidad para gobernar los destinos de cualquier comunidad.Esperemos que Ardila logre entender las propuestas y busque un asesor (así sea uno de los mediocres que lo rodean) para que le muestre las bondades de tomar una decisión que le permita al Materno Infantil continuar con su servicio a las comunidades con menos recursos. Ya después podrá retirarse para dedicar sus energías a actividades que seguramente puede entender mejor, como dirigir las fotografías de las modelos desnudas que aparecen en su tabloide o arriesgarse a diagramar las páginas llenas de muertos y de textos mal elaborados y repetitivos que se venden como pan caliente en los estratos culturales más bajos. Ah... y que esa inteligencia que posee lo ilumine para llenar el crucigrama del Espacio: así tendrá su día completamente ocupado y dejará en el olvido (esperemos que para siempre) sus aspiraciones políticas.