La última acusación salió a la luz pública hace pocos días. El periodista colombiano Gerardo Reyes publicó, en el Nuevo Herald de Miami, una información que debe ser investigada por las autoridades colombianas.
Con el título “Político colombiano ligado a polémico negocio”, el artículo cuenta que el actual gobernador de Cundinamarca “aparece relacionado con un negocio de distribución de productos de la Empresa de Licores de Cundinamarca (ELC) en Estados Unidos. Resulta que Ricardo Castro, empleado particular y amigo cercano de Pablo Ardila, llegó a un acuerdo con el abogado Álvaro Almanza para quedarse con el 90% de la empresa Toyalink Enterprises que distribuye en Estados Unidos el aguardiente Néctar de la ELC, cuya junta directiva es presidida por el gobernador Pablo Ardila. La gestión de compra se hizo en las oficinas de una sociedad constructora particular del sur de la Florida, Land Developers and Investors, empresa que, de acuerdo con el registro de corporaciones de la Florida, tiene como Presidente al gobernador Pablo Ardila Sierra.
Como lo indica el Nuevo Herald, “el negocio implicaba un potencial conflicto de intereses, pues además de la relación profesional y personal con el gobernador, Castro es primo segundo de Javier Enrique Castro, gerente de la ELC. La compra de la empresa distribuidora quedó en el aire porque el grupo que representaba Castro no cumplió con los pagos”.
En este sentido, Ricardo Castro admitió que adelantó el negocio, pero aseguró que Ardila no tuvo ninguna participación. A su turno, Pablo Ardila reconoció que Castro es un estrecho colaborador suyo en Miami, pero negó cualquier participación en el negocio de los licores. Más adelante, Ardila aseguró que su amigo Ricardo Castro no tiene ningún parentesco con el gerente de la ELC. Sin embargo, Castro reconoció la relación familiar.
A esta delicada situación se suma también una investigación que se adelanta contra la campaña de Pablo Ardila a la gobernación, por sobrepasar los topes de gastos.
De igual forma, Según El Tiempo, la procuraduría lo investiga por la extralimitación de funciones de su secretaria, pues en su administración las decisiones más importantes las tomó, al inicio de su “gestión” su secretaria Marcela Gutiérrez. El mismo Gobernador reconoce que quiso "quitarse chicharrones" presentes y futuros.
Además, en la actualidad se investiga al gobernador Ardila por cambiar la destinación de recursos de capital a gastos de funcionamiento (esos dineros tenían que ser dirigidos a infraestructura e inversión social, pero se fueron en gastos varios de la Gobernación)
Pero la historia de Pablo Ardila no para ahí. En una información que aparece en la página del ministerio de Transporte se informa que dentro del plan para mejorar la vía entre Bogotá y Medellín se contempla la pavimentación de un importante tramo que pasa, justamente, por una propiedad de la familia del gobernador Pablo Ardila que está ubicada entre Madrid y Puente de Piedra. Sobra anotar que esa pavimentación valorizaría enormemente las propiedades beneficiadas. Es importante señalar que el Ministerio indica que “la decisión (...) debe ser tomada de común acuerdo por las comunidades de la región y la Gobernación de Cundinamarca con el criterio de lograr el mayor beneficio social y económico”. Es decir, Pablo Ardila juez y parte.