Fotos: Izquierda, Plazoleta de San Victorino antes. Derecha, plazoleta de hoy.
San Victorino es el sector comercial más tradicional de Bogotá. Durante décadas, la plazoleta fue invadida por centenares de casetas en las que se encontraba desde un alfiler hasta un televisor. Después de un gran esfuerzo de las autoridades distritales, la plazoleta fue desalojada y ahora es un enorme espacio con una escultura en uno de sus costados.
Antes, hablar de San Victorino era sinónimo de inseguridad y de productos de pésima calidad. Muchos hicieron dinero con medicamentos adulterados que eran comercializados en las droguerías del sector. Ni hablar de caminar por San Victorino, pues las calles estaban cerradas por la presencia de los vendedores ambulantes que ofrecían cobijas, cojines, aparatos para cortar icopor y hasta regletas para dibujar círculos sin fin.
Caminar por el centro de las calles era lo común. El bullicio propio de un sitio en donde se encuentran vendedores y compradores era la nota predominante de San Victorino, al que muchos osaron llamar el unicentro de los pobres.
Desde hace varios años soy visitante ocasional de San Victorino. Me encanta el plan de abordar un bus de Transmilenio y en pocos minutos estar en la estación de la Caracas con calle 11. Al salir de la estación, un policía bachiller tiene una gruesa cuerda para evitar que los peatones crucen la vía mientras el semáforo peatonal esté en rojo. Unos pasos y quedo sumergido en ese mundo efervescente, en donde se que puedo conseguir lo que necesite a un precio muy razonable: mejor dicho, no hay un sitio en Bogotá en donde pueda conseguir lo que necesito a un mejor precio.
Hacía más de 6 meses que no iba a San Victorino. Durante ese tiempo el alcalde Garzón retiró a los vendedores ambulantes del sector. Al recorrer las calles para llegar a la plazoleta, generalmente uno se encontraba en la mitad de las vías con la tranquilidad de caminar sin correr el riesgo de ser atropellado por un vehículo. Pero esta vez fue distinto. Comencé a caminar y me encontré en la mitad de la calle, viendo que unos pocos carros se me venían encima, transitando por unas calles que fueron recientemente señalizadas, pavimentadas y arregladas para peatones y vehículos.
Sin embargo, el sector bullicioso de antaño está hoy en poder del silencio, del murmullo de unas pocas personas hablando y ese ruido propio de vendedores y compradores callejeros desapareció. Son solo añoranzas del desorden y el caos.
San Victorino: El sitio cuyos vecinos eran los habitantes de la zona más peligrosa de Bogotá por el consumo de narcóticos y por la violencia extrema que se vivía y que hace pocas semanas terminó su demolición (el Cartucho); la zona invadida por vendedores ambulantes en todos sus rincones; el sector al que era mejor ir con la ropa más vieja y la peor expresión en el rostro; es hoy otra cosa: calles amables para recorrer y ver vitrinas, antojarse de alguna cosa inútil, regatear el precio de un pantalón, de un cuaderno o de los juguetes para una piñata; aceras aseadas y disponibles para caminar (claro, con la precaución necesaria al recorrer un sitio del centro de cualquier ciudad del mundo); precios para que un presupuesto bien manejado pueda lograr nuevamente la utopía del ahorro y la posibilidad de encontrarse con un campesino que recorre las calles junto a la señora que acaba de bajarse de un Mercedes de modelo reciente; o al agente de policía que camina desprevenido junto a la hija de un General que busca los mejores precios para presumir ante sus amigas.
Hoy, San Victorino es el sitio que recomendaría a aquellos que buscan conocer de verdad a Bogotá: los buses de Transmilenio enmarcan el sector por la avenida Jiménez y por la Caracas. En su arquitectura se pueden encontrar sitios maravillosos que han entrado en fase de conservación y la plazoleta, aunque un poco fría, permite el tránsito de los desprevenidos bogotanos de todos los estratos sociales y culturales.
Muchas cosas han ocurrido en Bogotá en los últimos tiempos... ¿quién se iba a imaginar que San Victorino sería un sitio para recomendar a los visitantes que quieran conocer más profundamente a Bogotá?.
Antes, hablar de San Victorino era sinónimo de inseguridad y de productos de pésima calidad. Muchos hicieron dinero con medicamentos adulterados que eran comercializados en las droguerías del sector. Ni hablar de caminar por San Victorino, pues las calles estaban cerradas por la presencia de los vendedores ambulantes que ofrecían cobijas, cojines, aparatos para cortar icopor y hasta regletas para dibujar círculos sin fin.
Caminar por el centro de las calles era lo común. El bullicio propio de un sitio en donde se encuentran vendedores y compradores era la nota predominante de San Victorino, al que muchos osaron llamar el unicentro de los pobres.
Desde hace varios años soy visitante ocasional de San Victorino. Me encanta el plan de abordar un bus de Transmilenio y en pocos minutos estar en la estación de la Caracas con calle 11. Al salir de la estación, un policía bachiller tiene una gruesa cuerda para evitar que los peatones crucen la vía mientras el semáforo peatonal esté en rojo. Unos pasos y quedo sumergido en ese mundo efervescente, en donde se que puedo conseguir lo que necesite a un precio muy razonable: mejor dicho, no hay un sitio en Bogotá en donde pueda conseguir lo que necesito a un mejor precio.
Hacía más de 6 meses que no iba a San Victorino. Durante ese tiempo el alcalde Garzón retiró a los vendedores ambulantes del sector. Al recorrer las calles para llegar a la plazoleta, generalmente uno se encontraba en la mitad de las vías con la tranquilidad de caminar sin correr el riesgo de ser atropellado por un vehículo. Pero esta vez fue distinto. Comencé a caminar y me encontré en la mitad de la calle, viendo que unos pocos carros se me venían encima, transitando por unas calles que fueron recientemente señalizadas, pavimentadas y arregladas para peatones y vehículos.
Sin embargo, el sector bullicioso de antaño está hoy en poder del silencio, del murmullo de unas pocas personas hablando y ese ruido propio de vendedores y compradores callejeros desapareció. Son solo añoranzas del desorden y el caos.
San Victorino: El sitio cuyos vecinos eran los habitantes de la zona más peligrosa de Bogotá por el consumo de narcóticos y por la violencia extrema que se vivía y que hace pocas semanas terminó su demolición (el Cartucho); la zona invadida por vendedores ambulantes en todos sus rincones; el sector al que era mejor ir con la ropa más vieja y la peor expresión en el rostro; es hoy otra cosa: calles amables para recorrer y ver vitrinas, antojarse de alguna cosa inútil, regatear el precio de un pantalón, de un cuaderno o de los juguetes para una piñata; aceras aseadas y disponibles para caminar (claro, con la precaución necesaria al recorrer un sitio del centro de cualquier ciudad del mundo); precios para que un presupuesto bien manejado pueda lograr nuevamente la utopía del ahorro y la posibilidad de encontrarse con un campesino que recorre las calles junto a la señora que acaba de bajarse de un Mercedes de modelo reciente; o al agente de policía que camina desprevenido junto a la hija de un General que busca los mejores precios para presumir ante sus amigas.
Hoy, San Victorino es el sitio que recomendaría a aquellos que buscan conocer de verdad a Bogotá: los buses de Transmilenio enmarcan el sector por la avenida Jiménez y por la Caracas. En su arquitectura se pueden encontrar sitios maravillosos que han entrado en fase de conservación y la plazoleta, aunque un poco fría, permite el tránsito de los desprevenidos bogotanos de todos los estratos sociales y culturales.
Muchas cosas han ocurrido en Bogotá en los últimos tiempos... ¿quién se iba a imaginar que San Victorino sería un sitio para recomendar a los visitantes que quieran conocer más profundamente a Bogotá?.
3 comentarios:
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ultraninja said...
eso articulo es muy bonito
me quiero devolver a Colombia!!!!!!
Que diablos hago aca?, se me olvidaba aprendiendo ingles bien para devolverme y poder enseñar el idioma bien, creo que ese es mi proposito ademas de llevarme unas guitarras electricas que no se consiguen alla. Pero igual extraño mi pais, mama quiero llorar!!!!!
12:24 AM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A ULTRANINJA:
Sin llorar mi estimado, que usted está sembrando para veir a cosechar.
Un abrazo.
7:26 AM
juglar del zipa said...
No sé si atrabilioso ha tenido oportunidad de recorrer la ciudad de noche y d emadrugada en las caminatas que hace el "sardino" Hernando Gómez, director del Observatorio de Cultura.
En febrero, a la medianoche, pasamos por la plaza de San Victorino (o de Nariño, nombre oficial) viniendo de La Capuchina. El panorama era bastante tétrico y aunque éramos 350 y pla plaza estaba casi vacía, todos estábamos asustados.
El caso es que el tipo comenzó a echar sus historias (el man habla mucha m...) y contaba que la plaza era un campo de batalla y los edificios eran castillos con garitas y hasta cañones antiaéreos que estaban vigilantes noche y día. Bueno, historias así cuenta el tipo acerca de cualquier lugar.
Si a alguien le interesas las caminatas, le puedo dar el celular contactándome en la sección respectiva en www.juglardelzipa.com
11:47 AM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A JUGLAR:
Mis recorridos nocturnos por esa zona se remontan a finales de los 80.
La información que tengo, siempre limitada y particular, habla que la plaza de San Victorino fue el eje comercial de finales del siglo XIX y principios del XX, pues de allí partía la mercancía que finalmente era transportada por el río Magdalena. De igual forma, el sector era el centro de acopio para madera procedente de las diferentes zonas del país.
Ese recorrido nocturno debe ser intimidante.
Gracias por su comentario.
12:54 PM
Anonymous said...
De las cosas que gozo cuando voy a San Victorino, es la gran variedad de mercancia. Ver mucha gente comprando y el movimiento se alli se genera. Es cierto que uno va con cierta angustia por la inseguridad, pero a mejorado muchisimo. Transmilenio y el Parque del III Milenio han ayudado muchisimo para que mejore, asi como la continuidad de las politicas de espacio publico. Ojala tambien construyan transmilenio por la Carrera 10, ya que ayudaria mucho mas con su belleza. Asi dan ganas de caminar por el Centro de Bogota.
Benedicto
1:18 PM
NO AL SILENCIO said...
Que tal. Estoy de acuerdo con que SV es un lugar donde se puede ver a la verdadera Bogotá, pero mi experiencia no parece ser tan fascinante como la suya: Dado que el Eje está cerrado, todos los dias me ha tocado caminármelo, y el panorama por los lados de la 10ma no es tan alentador. Es válido el hecho de que se recuperó el espacio, pero ya no hay ni donde comprasre un cigarro ni un chicle por ahí. Cosas para reflexionar.
PD: Las obras del eje que supuestamente estarán listas el viernes están MUY crudas todavía. ¿Otra Suba?
1:21 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A BENEDICTO:
El centro de Bogotá tiene otra cara: poco a poco está pasando de ser un sitio aburrido e intimidante, a un sector para caminar y disfrutar. Claro que falta mucho, pero esos cambios van generando sentido de pertenencia.
Gracias por sus comentarios.
1:42 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A NO AL SILENCIO:
Efectivamente una cosa es ir de "turista" y otra muy distinta es el tránsito diario por un sector. Lo del eje ambiental no creo que lo terminen para el viernes, aunque puede pasar lo mismo que con la NQS: inauguraron con la mitad de las cosas sin terminar. Lo cierto es que no deben demorar mucho en el asunto, porque sabemos que detrás hay un grupo poderoso que está perdiendo dinero por el cierre de la avenida.
Gracias por sus comentarios.
1:45 PM
Anonymous said...
Hace poco compré un pantalón en menos de la mitad de lo que usualmente se consigue en un centro coemrcial y en definitiva esta es una de los atractivos de San Victorino. Fijo de una de las maquilas que contratan los industriales de ropa de marca, pero la tela, la confección y los acabados son idénticos y con otra marquilla. Hacía rato que no iba por esos lados y olvidé los bajos precios de esa zona que, pese a la inseguridad, justificaba visitar.
sin duda voy ir más seguido, ahora que no hay una nube de vendedores. como hace unos meses.
2:37 PM
Fernando said...
No solamente se ha hecho un cambio en la plaza de San Victorino, arriba de la avenida Caracas, resalta la reconstrucción de la plaza España, ejemplo de como vendedores que obstaculizaban el espacio publico y afeaban el lugar pueden mejorar su calidad de vida, ya que construyeron un lugar apropiado para sus ventas...
Convido al que quiera que se de un paseo por este lugar, con muchos muchisimos monumentos nacionales.
3:01 PM
Anonymous said...
Recuerdos, recuerdos.
No lo puedo creer, yo no voy a Bogota hace casi veinte anos!
Y lo que cuentan no lo puedo creer, me muero por ir y caminar esos lugares, sin duda caminar por Bogota me dara mucha nostalgia, .... chevere!
Jaime Ramirez
3:39 PM
sisifo said...
Tengo una amiga que tiene una boutique de lujo en el norte y todos los implementos de adornos y bisuteria los compra en San Victorino. Ella va con su lujoso carro, lo deja en un parqueadero y en bluyines y sin cadenas ni relojes se recorre todo San Victorino comprando mercancia que luego vende en su almacén. Ella que es reconocida por su buen vestir, compra alli los bluyines para su propio uso. Son los mismos de los que consigue en los Centros Comerciales, con la misma calidad pero sin marquillas y a la quinta parte del precio de los Centros Comerciales. El año pasado compre alli los utiles escolares de mi hija y me ahorré $230.000
3:50 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A ANÓNIMO 2:37:
Si. La ropa es uno de los atractivos comerciales de San Victorino. Este "paseo" que estoy compartiendo con ustedes fue exactamente para comprar algunas camisetas para mi hija: 3 camisetas en algodón, estampadas y de muy buena calidad, hechas en Colombia, por $10.000, es decir, cerca de 3 dólares. En cuanto a la seguridad en el sector, es bastante buena y solo hay que tener las precauciones propias del que camina en una ciudad de más de 6 millones de habitantes.
Gracias por sus comentarios.
4:03 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A FERNANDO:
Que bueno que usted menciona ese ejemplo para cualquier ciudad del mundo: la Plaza España. Ubicada al occidente de la avenida caracas, cerca al hospital San José, era el sitio de mercado de la Bogotá de los años 40 y 50. Luego, los vendedores de ropa de segunda se fueron apropiando de la plaza hasta convertirse en un hormiguero humano. Sin embargo, estos vendedores se agremiaron, ahorraron y construyeron un centro comercial exclusivo para ropa de segunda. La plaza fue rehabilitada y ahora, como lo dice Fernando, es un sitio para visitar, pues el hospital, pese a su función, tiene una arquitectura imponente y la plaza fue arreglada y decorada para gusto de los visitantes. Igual pasó con buena parte del cementerio central que hoy por hoy es un parque de recreación pasiva.
Gracias por su valioso aporte.
4:09 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN PARA JAIME RAMÍREZ:
Cuando usted vuelva, NO va a reconocer a Bogotá, pues realmente el muladar que era hace 15 o 20 años ha desaparecido y ahora es un sitio agradable para redescubrir. Claro que hay cosas que mejorar, las hemos publicado, pero también hay muchas cosas buenas que es necesario y justo destacar.
Nos avisa y le servimos de guías sin ningún costo.
Un abrazo.
4:21 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A SÍSIFO:
Coincidimos: yo también compré los útiles con un ahorro bien importante con respecto a las librerías tradicionales. Y, como lo dije antes, ni hablar de la ropa, cuyos precios son tremendamente favorables y permiten incluso volver a la utopía del ahorro.
Gracias por sus comentarios.
4:24 PM
Anonymous said...
Sin que me invite, al regresar a colombia de visita Ud ya estaba en el primer lugar de mis que haceres cuando valla, mi estimado porque lo admiro mucho.
Y yo lo voy a invitar a comer mazorcas a la calera y despues a uno de esos restaurantes con vista a la ciudad que me vio nacer y crecer.
Jaime Ramirez
4:58 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A JAIME RAMÍREZ:
Nos sentaremos entonces a comer mazorcas y a visitar esta ciudad que lo espera con los brazos abiertos.
5:24 PM
Foucault said...
Yo estudie mi bachillerato muy cerca a San Victorino y las pocas veces que iba por alla siempre tenía que huir porque me iban a robar; antes de graduarme tuve que ir a comprar unas 100 pelotas de ICOPOR y la verdad cambió mucho el sector, no hay tanta inseguridad y es transitable, un logro para esta ciudad que - Lucho Garzon aparte - se hace cada día mas vivible. Un saludo
6:02 PM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A FOUCAULT:
Para conocer verdaderamente una ciudad, dicen que es necesario ir a la plaza de mercado. No creo que Bogotá muestre todo su potencial en Corabastos, pero San Victorino sería ese referente de lo que somos y representamos. Si a usted le tocó correr, a mi me tocó corretear hace varios años y no precisamente a incautos transeuntes.
Ahora, Garzón "extraditó" a los vendedores ambulantes de la zona y se metió en el asunto del Eje ambiental, con el que divinamente pudo haber pasado de agache y que lo resolviera el próximo. No todo en el señor Alcalde es malo... mire lo "bien" que le está saliendo el programa Bogotá sin hambre, con comedores en barrios estrato 3 y 4.
Un abrazo y hace años sentía lo mismo que usted cuenta en su blog.
6:15 PM
ALiBaba said...
No me imagino cuando regrese a Bogota, hace 20 años que estoy por fuera. no puedo imaginar ese impacto.
11:22 AM
Atrabilioso said...
NOTA DE LA DIRECCIÓN DE ALIBABA:
Comparto su emoción de ver cosas que uno ha dejado muy mal y tener depronto la esperanza de encontrarlas desarrolladas, distintas y mejores. Aquí lo esperamos, con los brazos abiertos, para construir país.
Gracias por su comentario.
“San Victorino es uno de aquellos lugares que nos enseñan que las ciudades son seres vivos, con alma, esperanzas y nostalgias, que sin pasado no tienen identidad y sin futuro no tienen sentido. Que combinan la memoria y el progreso y tienen un alma que habita sus calles, esquinas, monumentos, en sus construcciones anónimas y en las famosas, elementos que tienen valor simbólico que es patrimonio de todos, un patrimonio publico, que a todos nos pertenece y que para mantenerlo necesita que no olvidemos su historia”
[Folleto de propaganda de la Defensoría del Espacio Publico de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. 1998]
INVITO Y A LA VEZ RETO A TODAS LAS PERSONAS QUE ALGUNA VEZ TUVIERON UN PREJUICIO SOBRE LO QUE ERA SAN VICTORINO, PARA QUE SE ACERQUEN Y COMPRUEBEN QUE SE HAN HECHO INMENSOS ESFUERZOS POR CONSERVAR SU IDENTIDAD COMERCIAL, CAMBIANDO SU IMAGEN, BRINDANDO SEGURIDAD Y OFRECIENDO MAS Y MEJORES COSAS BAJO LA TRADICION DE LOS MEJORES PRECIOS.
San Victorino es el mejor lugar para ver un reflejo de convivencia de clases de nuestro país, es aquel lugar donde cada quien se debe bajar de su coche o carroza respectivamente y debe vivir las calles independientemente de su posición social. Con un mismo fin, miles de personas dejan atras prejucios, solo para conseguir las mejores cosas a los mejores precios. Es un lugar irreplicable en el mundo, ademas por ser de los unicos lugares del mundo donde se habla del concepto de "TURISMO COMERCIAL".
NOTA DEL DIRECTOR PARA JD:
Efectivamente San Victorino es uno de los mejores lugares de Bogotá y allí se encuentran, en una mezcla pacífica y dinámica, personas de todos los estratos económicos y de todas las condiciones sociales.
Su comentario es una muestra más de lo que significa San Victorino para Bogotá y para Colombia.
Mil gracias.
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