Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso. Foto de Terra.com
Para que la justicia sea efectiva, debe buscar además del castigo al delito, dar un mensaje claro a la sociedad. Una de las mayores preocupaciones de los aparatos judiciales en los países desarrollados es la clase de mensaje que le enviarán al público con una decisión, una condena o una negociación con un delincuente delator.
Hasta ahora, Colombia se ha caracterizado por enviar mensajes equivocados a la población frente a la comisión de algún delito: el crimen paga, la justicia es para los de ruana, en nuestro país la justicia es ciega, sorda, muda, coja e inoperante; la impunidad se pasea con cinismo ante la mirada impotente de los ciudadanos, etc.
Pero una reciente decisión judicial es el primer campanazo de alerta sobre un cambio positivo que se puede presentar en la aplicación de la justicia en Colombia: la semana pasada, un juez condenó a 20 años de prisión a dos fanáticos de fútbol que agredieron y lesionaron a dos compañeros de la barra por discusiones internas en la repartición de las boletas de cortesía..
El juez encontró que los dos condenados habían cometido el delito de tentativa de homicidio y explicó que “pese a que el homicidio no se perfeccionó (no llegó a producir la muerte de ninguna persona), esto es un aspecto secundario y sin importancia, pues la intención de los agresores era evidentemente causar la muerte de sus víctimas”.
De esta forma, el juez profirió su sentencia que lleva un mensaje claro a la sociedad y, en este caso concreto, a los desadaptados que se esconden detrás de una camiseta o de la afición por un equipo de fútbol para cometer fechorías y llevar la violencia a los diferentes estadios del país.
Se acabaron las palmaditas en la cola y la frase de “no lo vuelva a hacer”: con esta decisión, las barras bravas de los equipos colombianos tendrán que pensarlo dos veces antes de iniciar un disturbio y agredir a otros hinchas.
Era justamente este el reclamo que se venía haciendo desde hace años: que se castigara con todo el peso de la ley a los delincuentes que convirtieron los estadios de fútbol en campos de combate, en sitios peligrosos que antaño eran lugares para el esparcimiento familiar.
La decisión del juez es el castigo más severo impuesto contra los desmanes de las barras en los espectáculos deportivos. Obviamente las pandillas de delincuentes que se infiltran en las barras están furiosas ante la perspectiva de pasar un largo tiempo en prisión por un “tropel” (pelea callejera), ya que esto no corresponde con la costumbre ni el mensaje que la justicia y las autoridades enviaban continuamente a la ciudadanía, pues todo se pretendía solucionar con diálogos y sanciones a los equipos, mientras que los verdaderos culpables, los delincuentes violentos, salían del estadio con sus manos ensangrentadas sin que nadie dijera nada.
La aplicación de todo el peso de la ley ha funcionado con éxito en otros países: en Chile, cuando comenzaron a surgir estas desagradables barras bravas, el Estado modificó las sanciones penales y un par de condenas ejemplares fueron el mejor remedio para la grave enfermedad social que se estaba inoculando en los fanáticos del fútbol. Igual se hizo en Gran Bretaña y en Italia, en donde los desmanes dejaron decenas de muertos y heridos en diferentes agresiones de los salvajes hinchas.
De esta manera, la justicia sienta un precedente ejemplar en el tema de la violencia en los estadios, sino que envía un mensaje claro y contundente a todas las barras bravas del país.
Lo cierto es que la violencia se frena también con la aplicación decidida de las leyes existentes. Ahora esperemos que las modificaciones para el Código del Menor busquen también enviar mensajes claros y coercitivos a la sociedad colombiana y, sobre todo, a los menores delincuentes.
NOTA: Los condenados son Julio Alberto Triviño y Augusto Eduardo Bonilla, miembros de la Guardia Albirroja sur, quienes fueron procesados tras herir con arma blanca a dos compañeros de barra, durante el intermedio del partido Santa Fe – América, el pasado 11 de mayo en el Campín.
1 comentario:
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TIEMPO dijo...
Recuerdo que en cierta ocasión hace algunos años, fui al Pascual Guerrero a ver la final de fútbol….. Al principio, si que berraquera, muy chévere, todos cantaban, que delicia, porque según se dice, el estadio es el templo del fútbol donde los equipos se enfrentan con furia, pasión y sed de goles, donde el triunfo y la derrota han hecho llorar de alegría o frustración a tantos fanáticos que gozan como pocos del deporte rey…. Sonó bonito no?.... de repente, todo se volvió un circo cuando alguien equivocadamente celebró un gol del Cali estando en la tribuna americana, según, era un error garrafal como también lo es cuando vos por ejemplo estas en determinada barra y no cantas con la misma euforia que todos, automáticamente te vuelves la piedra en el zapato de aquellos dizque “hinchas”, por demás decir que la mayoría sin orden, tolerancia y jerarquía, esos que pareciera como si el fútbol, expuesto unos metros más abajo en el pasto, fuera lo de menos importante!!!!.... como si su estadía en el templo del fútbol se redujera a juntar sus manos, juguetear con los dedos y repetir: a ver a ver, a quien apuñaleo hoy, a quien hay que herir, a quien hay que patear….. etc., etc., etc., bueno, el asunto fue que de un momento a otro, la gradería se convirtió en un infierno de masas chocando entre sí, incontrolables, lanzando a diestra y siniestra puñaladas, palazos, correazos, y todo lo terminado en “azo” hasta madrazos porque eso si, escuchas las grosería y vulgaridades habías por haber, que nunca en la vida haz escuchado!!!!!. Y sálvese quien pueda…..y que? nada, solo fue un día de esos que vos quisieras borrar y que por la misericordia de Dios no nos pasó nada…
Lastimosamente ahora, en los planes familiares, de esparcimiento con los amigos, no hay cabida para la idita al Estadio, que pena!…..Me parece muy inclusive el castigo impuesto por la Justicia contra los desmanes de las barras. En buena hora porque la violencia y el desorden no justifican nada ni a nadie ni en el fútbol ni en la calle ni en la casa ni en ningún lado y como no se estaba haciendo nada importante por ello sencillamente ya era muy “normal” que sucediera en los estadios.
noviembre 27, 2005 11:49 PM
El usuario anónimo dijo...
Que articulo tan pobre. Desconoce absolutamente la realidad ACTUAL de la Justicia en Colombia.
Premian a los que cometen delitos atroces ( Ley de Justicia y Paz).....ni hablar de los inocentes que están en las carceles.
noviembre 28, 2005 11:13 AM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A TIEMPO:
Su narración muestra lo que debe ser en realidad la asistencia a un escenario deportivo.
Gracias por sus comentarios.
noviembre 28, 2005 1:29 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN PARA ANÓNIMO DE LAS 11:13 A.M.
Usted habla de la ley de justicia y paz, cuando parece desconocer que, con la legislación actual, esos delitos atroces que fueran confesados, tendrían rebajas sustanciales de penas y, en muchos casos, pagarían menos de 8 años de cárcel. ¿Entonces?
Y sobre los inocentes que están en las cárceles, comparto plenamente su preocupación, pero es una luz de esperanza lo que describe el artículo de hoy.
Sin embargo, sería bueno que aportara con argumentos y enriqueciera el debate con datos, cifras, estudios y otros aspectos que complementaran la información.
Gracias por sus comentarios.
noviembre 28, 2005 1:33 PM
El usuario anónimo dijo...
Apreciado Atrabilioso:
Muy bueno el artículo, hay que empezar a endurecer la Justicia, y sobre todo a aplicarla con rigor.
En Colombia hay muchos casos que duelen, ejemplos muchos de los desmanes de una justicia injusta y fofa.
puntuales?
Palacio de Justicia
El violador en serie que ahora se ve como un choncho de su buena vida carcelaria.
Rodrigo Lara
Jaime Garzón
Un muchacho que en el año 1996, fué asecinado en el peatonal de la autonorte con 146, por robarle un par de tenis.
y tantos y tanto casos que a diario viven en la impunidad y lo peor de muchos, no son atendidos cuando son denunciados.
El primer paso se ha dado, esperemos que tambien se de por parte de los agentes del orden y de la ciudadanía en general, porque denunciar es una obligación.
GAstón GAstao
noviembre 28, 2005 5:29 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN PARA GASTÓN GASTAO:
Es cierto: hay que aplicar la justicia con rigor y sobre todo, con una visión clara del mensaje que se le está dando a la sociedad con una decisión judicial. Es que las malas decisiones, las enormes rebajas y los criterios para la casa por cárcel deben obedecer a dos principios: la correcta aplicación de las normas y el mensaje social. Y el primer paso es ese: rigor y sentido común de nuestros jueces. Pero hay un primer paso y puede ser una luz al final del túnel.
Gracias por sus comentarios.
noviembre 28, 2005 5:37 PM
Realista dijo...
Esperemos que en la apelacion no les rebajen la pena a 10 años y luego por estudio, trabajo y buen manejo se reduzca a 5. Eso es lo tipico en las condenas Colombianas.
Para la muestra la carcel de Diomedez Diaz.
noviembre 28, 2005 10:28 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A REALISTA:
No creo porque no hubo confesión, ni se acogieron a sentencia anticipada. Pero ojalá esta luz no se apague en las instancias superiores.
Gracias por sus comentarios.
noviembre 28, 2005 10:42 PM
NIL dijo...
QUISIERA AGRADECERLES POR EL ARTICULO EL CUAL TIENE BUENA INFORMACION Y ESPERANZA DE QUE ALGUN DIA DE VERDAD EXISTA LA JUSTICIA COLOMBIANA,QUE LA IMPUNIDAD SE ACABE Y SE LOGRE CASTIGAR A AQUELLOS QUE COMETER FECHORIAS ES EL '' HOBBY'' DEL DIA.
TIENE RAZON CUANDO HABLA DE QUE ES UNA LUZ,QUISIERAMOS VER A QUELLOS QUE COMETEN DELITOS AJUSTICIADOS Y QUE SIRVA DE EJEMPLO PARA AQUELLOS QUE PIENSAN SEGUIR LOS MISMOS PASOS POR QUE SABEN QUE NO HAY JUSTICIA.T Q M ,COLOMBIA!!
diciembre 02, 2005 5:44 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A NIL:
Estamos de acuerdo: entre más estricta y contundente sea la justicia, más poder de disuación existirá para que la gente piense dos veces antes de cometer un delito.
Gracias por sus comentarios.
diciembre 02, 2005 5:59 PM
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