(Ante las reiteradas solicitudes de nuestros lectores, publicaremos esta columna, aparecida originalmente el 11 de marzo de 2005, por un tiempo más)
Siento enorme preocupación por lo que pueda ocurrir con las relaciones diplomáticas de Colombia con Brasil, teniendo de embajadora a la pastora de la Misión Carismática Internacional Claudia Rodríguez de Castellanos. Brasil es un país clave para nuestras relaciones internacionales: compartimos frontera con el país más grande de Sudamérica, tenemos en común una parte del Amazonas, poseemos grandes dificultades de seguridad fronteriza y además, de nuestro lado, hay madera y oro que despiertan la codicia de algunos comerciantes brasileños. No se si estos temas puedan ser manejados eficazmente por una pastora que puede ser excelente en sus sermones (no lo se) pero cuyos conocimientos y habilidades para enfrentar situaciones tan complejas desconocemos. Lo peor sería que siga la línea de sus predecesores, es decir, pasar de agache y no enfrentar los temas, por no tener la destreza para crear y desarrollar una estrategia diplomática que sea eficaz y benéfica para ambas naciones.El nombramiento de la señora Rodríguez, ex senadora del Partido Nacional Cristiano, ex candidata a la Alcaldía de Bogotá y esposa del también pastor César Castellanos Domínguez, es una muestra más de los nombramientos políticos, pues la Misión Carismática Internacional con su partido, apoyaron en las últimas elecciones al presidente Uribe. De hecho, cuando la Misión Carismática Internacional cumplió 20 años, el invitado de honor al evento del Campín fue el presidente Uribe. Además, nos preguntamos si la señora Claudia Rodríguez de Castellanos está inscrita en la Carrera Diplomática o si había trabajado en un cargo de relaciones internacionales.Así mismo es bueno recordar que el Partido Nacional Cristiano (PNC) tiene un Representante a la Cámara por Bogotá, Luis Salas, de quien no sabemos si respaldó la reelección presidencial. Pero la historia política de la señora Castellanos data de 1991, cuando fue elegida Senadora de la República por el PNC. Al año siguiente esta senadora fue determinante en la elección del senador José Blackburn como Presidente del Senado. En ese entonces Blackburn necesitaba unos votos más para obtener la dignidad. Fue entonces cuando algunos senadores se declararon liberales naturales y dieron su voto a favor del senador. El voto decisivo fue el de Claudia Rodríguez de Castellanos quien pasó de liderar un movimiento independiente como el PNC a ser representante de un movimiento liberal natural.También es bueno recordar el apoyo que le dio el PNC a Ernesto Samper para llegar a la Presidencia de la República. Posteriormente lo hizo con Horacio Serpa cuando éste fue derrotado por Andrés Pastrana. Hasta ahí respondió como Liberal. Pero llegó la campaña de Álvaro Uribe y el liberalismo pasó a segundo plano, lo mismo que las lealtades con Serpa y Samper. Ahora, como liberales naturales disidentes, los miembros del PNC obtienen un cargo como lo es la Embajada de Colombia en Brasil.La preocupación es latente: ¿tendrá las capacidades para responder al reto como Embajadora ante un país cuyas relaciones con el nuestro son vitales?
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